México cierra mañana su precampaña presidencial sin propuestas claras de los aspirantes y sin mover un ápice las encuestas que marcan como favorito al izquierdista Andrés Manuel López Obrador, señalaron hoy analistas consultados para Baja Press.
Los 59 días de precampaña concluyen el domingo marcados más por la crítica y la descalificación que por la profundidad de las propuestas; las más visibles son las relativas a una amnistía a criminales, medidas anticorrupción o el llamado ingreso universal.
El investigador mexicano José Antonio Crespo dijo para Baja Press que las descalificaciones son habituales en las campañas electorales de todos los países, aunque sin duda en México pueden caer en un muy "bajo nivel" e impactar en la opinión de una parte del electorado.
La pauta de las precampañas la puso López Obrador con su declaración de que analizaría una amnistía a miembros del crimen organizado, tras consultar con las víctimas, para terminar la guerra contra los cárteles que ha dejado más de 150.000 muertos en el país.
El supuesto apoyo de la Venezuela de Nicolás Maduro o la sospecha del largo brazo ruso para operar en su favor alimentaron el torbellino de críticas a López Obrador, candidato de la coalición "Juntos Haremos Historia", integrada por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES).
Ricardo Anaya, aspirante de la coalición "Por México al Frente" de los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), ha sido señalado por sospechas de corrupción, como la de operar para su beneficio una fundación que oficialmente desapareció en 2014.
José Antonio Meade, abanderado de la alianza "Todos por México" de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza, concita críticas por su presunta responsabilidad en las decisiones como parte del Gabinete del actual presidente Enrique Peña Nieto.
Su presunto papel en el aumento del precio de la gasolina en enero de 2017 o no haber visto como funcionario actos de corrupción marcaron la precampaña de Meade, centrada en consolidar su papel de ciudadano que no pertenece a ningún partido.
En cuanto a las propuestas en esta fase de campaña, Crespo, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), considera que López Obrador ha sido más consistente al presentar sus propuestas, algunas de las cuales ya han sido incluidas en varios de los libros que ha publicado.
Hasta ahora "no se ve claro que vayan a hacer" Anaya y Meade, afirma Crespo, aunque resalta la propuesta de ingreso universal del primero o las iniciativas anticorrupción del segundo.
López Obrador comenzó y terminó la precampaña como favorito en todas las encuestas, en las que Anaya se ubicó siempre en segundo lugar y Meade se vio relegado a una tercera posición.
Para el politólogo Federico Berrueto, las únicas descalificaciones en la precampaña provienen de López Obrador cuando insulta a la prensa.
Las descalificaciones "han sido de López Obrador, tal como ocurrió al intentar desacreditar a analistas como Enrique Krauze y Jesús Silva", que lo cuestionan, afirma.
El columnista político Salvador García Soto explica la escasez de propuestas en la precampaña como una posible estrategia de los aspirantes a la Presidencia, quienes quizás optaron por "contenerse" o ser muy parcos en el detalle.
Algunos "pudieron haberse contenido por estrategia, otros presentaron gabinete e iniciativas de combate a la inseguridad o corrupción no tan detalladas, pero que sí abordan problemáticas hacia el electorado", comenta para Baja Press.
García Soto señala que las acusaciones contra los candidatos parecen no haber tenido gran impacto en los votantes, si se considera que las encuestas prácticamente no han cambiado desde el inicio de la precampaña el 14 de diciembre.
En primer lugar, apunta, "hay un electorado que está más informado o menos receptivo a este tipo de guerra sucia y puede ser que los candidatos no hayan lanzado sus mayores ataques".
La precampaña fue un "formulismo legal" porque los aspirantes tenían la candidatura al ser los únicos contendientes de sus partidos.
El fin de la precampaña abre un periodo en el que los candidatos solo pueden tener reuniones privadas y sin promoción del voto hasta que el 30 de marzo se pongan en marcha la campaña presidencial rumbo a la jornada electoral del 1 de julio.
Ese día unos 88 millones de mexicanos están convocados a las urnas para renovar más de 3.400 cargos, entre ellos los de presidente, diputados y senadores, ocho gobernadores y el jefe del Gobierno de Ciudad de México.
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