El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recordó este miércoles la matanza estudiantil cometida hace 51 años por el Gobierno en la plaza de Tlatelolco y pidió que la marcha conmemorativa transcurra de forma "pacífica" por la capital.
"Pedimos a todos, en especial a los que van a ejercer su derecho de manifestación, su derecho de protesta, que lo hagan de manera pacífica y sin violencia", expresó el mandatario en su rueda de prensa matutina en Palacio Nacional.
En las últimas semanas, diversas protestas feministas y la marcha por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa culminaron con algunos destrozos en comercios y pintadas en monumentos de la capital por parte de un grupo de manifestantes.
Por ello, la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció que en la marcha de este miércoles por la tarde habrá un cordón de 12.000 funcionarios vestidos de blanco para garantizar la seguridad.
"Vamos a apoyar a la jefa de Gobierno y al mismo tiempo no olvidar el 68", expresó López Obrador, quien dijo que ve "muy bien" que se establezca un cordón de seguridad para evitar destrozos.
Durante su conferencia matutina, López Obrador exhortó a los manifestantes que ayuden a "aislar a los provocadores y no caer en provocaciones" porque "lo más importante de un revolucionario verdadero es la honestidad".
"Fuera máscaras, el que lucha por la justicia, la libertad y la democracia no tiene por qué ocultar su rostro, tiene que dar la cara", reivindicó.
A los encapuchados que causan destrozos en las manifestaciones, el presidente advirtió que "tengan cuidado" porque los acusará "con sus mamás, con sus papás, con sus abuelos" para que les den "jalones de oreja".
López Obrador se deslindó de los "hechos lamentables" del 2 de octubre de 1968, una época marcada por "la falta de libertades y de justicia", y reivindicó que con el actual Gobierno "el uso de la fuerza ha quedado relegado".
"Queremos vivir en una sociedad en paz, sin violencia, sin usar la fuerza, convencer y no vencer, vivir en armonía, vivir en paz. Por eso, nunca más una represión en México, nunca más torturas, desapariciones, masacres o provocaciones", expresó.
Asimismo, López Obrador aseguró que desde que asumió el poder el 1 de diciembre de 2018 no ha recibido ninguna queja por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado.
Durante un acto conmemorativo, Sheinbaum destacó el legado que dejó la masacre en su vida y en la de todos los mexicanos.
"Nos marcó en la idea de la lucha de la libertad y la democracia y en que jamás hay que utilizar las fuerzas del estado para reprimir", expresó en su discurso.
Sheinbaum aseguró que los caídos ese día "siguen inspirando" al Gobierno de Ciudad de México para "seguir luchando por la democracia, por la no represión".
La alcaldesa rememoró su infancia, en la que su madre, profesora y partícipe del movimiento estudiantil, la llevó con 8 años a la penitenciaría conocida como el Palacio de Lecumberri a visitar a algunos de sus compañeros de lucha.
Con esas visitas, aprendió "lo que significaba la injusticia, la falta de democracia, la represión".
Durante el verano de 1968, miles de estudiantes organizaron huelgas y masivas manifestaciones para denunciar el autoritarismo del Gobierno mexicano, dominado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que reprimió la movilización para evitar altercados durante los Juegos Olímpicos de ese año.
El movimiento fue aplastado militarmente el 2 de octubre de 1968, cuando el Ejército y el grupo paramilitar Batallón Olimpia disolvieron a disparos un mitin estudiantil en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, en el centro de Ciudad de México, matando a centenares de personas, según testigos.
Cada año, supervivientes de la masacre y organizaciones estudiantiles organizan una marcha desde Tlatelolco hasta la céntrica plaza del Zócalo para conmemorar la masacre.
Los manifestantes exigen enjuiciar al expresidente Luis Echeverría (1970-1976), de 97 años, quien el 2 de octubre de 1968 era secretario de Gobernación en el Gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970).
El año pasado, al conmemorarse los 50 años de la masacre, el entonces presidente electo López Obrador juró que jamás reprimirá al pueblo mexicano.
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