En el día de San Valentín, las flores viajan de una punta a otra de las ciudades hasta llegar a las manos de los seres queridos. Sin embargo, esta tradición ignora algunas especies silvestres mexicanas bellas e importantes que no gozan de tanto protagonismo.
"El problema con muchas de estas plantas es que, como son silvestres, sus flores no están muy enfocadas al día de San Valentín", dijo para Baja Press la bióloga Maribel Rodríguez, en referencia a especies como la dalia o la echeveria.
La dalia es una planta hermosa considerada "la flor nacional de México" cuya importancia radica desde la época prehispánica y que, si uno la encuentra en estado silvestre, "tiene de 5 a 9 pétalos".
También presenta propiedades medicinales, ya que sus pétalos contienen muchas carotenoides, unos pigmentos considerados antioxidantes y que incluso previenen el cáncer.
Sin embargo, su temporada de comercialización fuerte comienza apenas en el mes de marzo, por lo que sortea la señalada fecha.
Otra flor menos utilizada como obsequio en el día de los enamorados es la echeveria, que puede usarse en arreglos florales.
"Podemos encontrar muchas a lo largo del año y puede ser un muy buen regalo como parte de esta temporada. México es uno de los países más diversos de esta especie y tiene 130 de las 154 que se encuentran registradas en toda América", detalló la coordinadora general de áreas verdes en la Fundación Xochitla.
Otro tipo de planta que se está comenzando a comercializar, pero que todavía no goza de tanta popularidad es la Tigridia, llamada "flor del ocelote".
Es una planta que tiene 3 pétalos y en el centro está salpicada de un pigmento rojo que simbolizaba la sangre de los guerreros cuando estos partían hacia la guerra.
Al margen de estas especies, en la Ciudad de México se sitúa el mercado de Jamaica, un lugar icónico de la capital que abre las 24 horas del día y que se alborota los días previos a San Valentín.
El productor de flores Emilio Pozos lo tiene claro. Según contó para Baja Press, "lo que más pide el público esta temporada son rosas rojas, que abarcan entre el 70 % y 80 % de la comercialización".
Otras variedades muy vendidas son los tulipanes -que son propios de la época de frío-, los anturios o las orquídeas.
Aun así, San Valentín "más que nada es consumismo, es mercadotecnia. La amistad se puede celebrar en cualquier día, no tiene que ser el 14 de febrero", opinó.
Sobre las rosas rojas, la florista Estela Romero habló sobre el proceso al que las someten cuando les llegan al mercado antes de su venta.
"Si las vendiéramos como vienen de invernadero a la gente no les gustaría. Todo tiene un trabajo, el trabajo es despetalar, quitarle el primer petalito para darle presentación a la rosa, quitarle la espina hasta donde empieza el celofán para que, a la hora de agarrarla, no se pinchen", detalló la veterana florista.
Bajo las flores, a los pies de Romero, llaman la atención unas bolsas llenas de pétalos que también se comercializan y que son especialmente codiciadas por los hoteles para adornar sus camas el día de San Valentín.
La vendedora observa cauta a sus clientes y considera que, a la hora de elegir, estos se decantan por el color rojo, sin darle tanta importancia a aspectos como el olor o la duración.
Dentro de la vorágine de opciones que uno puede encontrar en el mercado, también cabe destacar las rosas que venden cautivas dentro de una esfera vidrio con agua.
La florista Érica Mesa explicó que "no son flores naturales, ya son hidratadas y duran en esfera cerca de 20 años" gracias a que el líquido contiene una sustancia que las mantiene vivas.
Las flores que se envían en esta jornada suelen durar en agua unos ocho días y, una vez han pasado, se suelen tirar a la basura.
Sobre esto, la bióloga destacó que "muchas de estas plantas pueden tener otra utilidad" y recomendó "averiguar bien qué es lo que se está comprando y si son especies en peligro de extinción".
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