El embarazo en jóvenes de entre 9 y 19 años de edad aumentó el año pasado en México 8,5 % respecto a 2014, pese a la estrategia de prevención aplicada por el Gobierno, señaló hoy un informe del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB).
En 2016, se registraron 395.597 nacimientos de madres menores de edad, es decir 31.000 más que los documentados en 2014.
De estos nacimientos, cuatro se dieron en niñas de 9 años, 25 en niñas de 10 y 55 en niñas de 11 años, de acuerdo con datos del Subsistema de Información sobre Nacimientos de la Secretaría de Salud citados en el reporte.
"Esto nos habla de un alto nivel de vulnerabilidad y posibles situaciones de violencia sexual" que no necesariamente se contabilizan en las mediciones oficiales, destacó el Instituto.
Además, 17 % de las jóvenes que tuvieron un hijo en 2016 dijeron pertenecer a algún pueblo indígena.
En cuanto a la incidencia por regiones del país, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guerrero y Chiapas son los estados en los que se dan más este tipo de embarazos. En todos estos estados, los embarazos de mujeres de 19 años o menos suponen más de 20 % del total.
México encabeza la lista de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en maternidad adolescente, con 76 nacimientos por cada 1.000 mujeres entre 15 y 19 años de edad.
Para ayudar con esta problemática, el Gobierno mexicano puso en marcha en 2015 la Estrategia Nacional para la Prevención de Embarazo en Adolescentes. Este plan tiene como objetivo reducir a la mitad la tasa de fecundidad de las adolescentes de entre 15 a 19 años para 2030, y erradicar embarazos en las niñas de 14 años o menos.
"A dos años de su implementación, las cifras siguen en aumento, por lo que es prioritario fortalecer la coordinación entre las dependencias", sentenció el ILSB.
La directora de la institución, Ximena Andión, dijo en un comunicado que el embarazo adolescente incide en el derecho a la libertad reproductiva de estas personas y restringe su capacidad para elegir.
Además, limita el acceso a oportunidades educativas, laborales y de desarrollo, y acentúa las condiciones de pobreza multidimensional y pobreza extrema.
El ILSB es una organización feminista que tiene como objetivo contribuir a crear una sociedad democrática y justa a través de, entre otros aspectos, la formación de liderazgos sociales con perspectiva de género.
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