Los representantes de México, El Salvador, Guatemala y Honduras ante la Organización de Estados Americanos (OEA) reiteraron hoy su condena a la política del Gobierno de Estados Unidos de separar a los niños inmigrantes de sus padres en su frontera sur.
Durante una sesión del Consejo Permanente de la OEA, con sede en Washington, el embajador de México ante el organismo, Jorge Lomonaco, consideró "inaceptable" la nueva política fronteriza de "tolerancia cero" que puso en marcha en abril el Ejecutivo del presidente, Donald Trump.
"México reitera su más categórica y enérgica condena a esta política migratoria cruel e inhumana y exhorta al Gobierno de Estados Unidos a que cese esta práctica que es violatoria de los derechos de los inmigrantes en Estados Unidos", exigió Lomonaco.
El diplomático, además, pidió al Gobierno de Trump que identifique a los inmigrantes que requieran una atención especial para que puedan procesar sus peticiones de asilo.
La Cancillería de México ya tachó este martes de "inhumana y cruel" la nueva política de Trump y pidió que se reconsiderara su implementación.
Las mayores críticas a la política de Trump han sido pronunciadas por los países de origen de los inmigrantes, como México y los del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador), aunque otras naciones como Bolivia, Chile, Ecuador y Venezuela también han pedido a EE.UU. que respete los derechos de los niños.
Durante el Consejo Permanente de la OEA, el viceministro de relaciones exteriores de Guatemala, Pablo García Sáenz, pidió respeto a la Convención de Derechos del Niño, que EE.UU. no ha ratificado, mientras que los representantes de Honduras y El Salvador volvieron a condenar la política de Trump.
La nueva política establece que los inmigrantes indocumentados deben ser tratados como delincuentes y que los fiscales de EE.UU. deben presentar cargos criminales en su contra, lo que resulta en la separación de los niños con los que viajan, puesto que los menores no pueden ser imputados por ningún crimen.
Como resultado, los padres son encarcelados, mientras que los niños están retenidos en albergues a la espera de que los reclamen un familiar o una familia de acogida.
Al menos 2.342 niños inmigrantes han sido separados de sus padres entre el 5 de mayo y el 9 de junio, según datos oficiales.
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