El presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev, anunció la transición gradual del idioma kazajo del cirílico al alfabeto latino que culminará en 2025 con la escritura en letra latina de todas las publicaciones, según explicó en un artículo publicado hoy en el periódico estatal "Eguemen Kazajistán".
Aunque no se trata de la primera vez que Nazarbáyev expone en la esfera pública esta cuestión, pues la latinización ha sido un tema recurrente en Kazajistán desde los años 90, el artículo denota urgencia y fija por primera vez fechas concretas.
De hecho, en él se afirma que el trabajo ya está en marcha y se fija para finales de 2017 la creación de una agenda que programe el establecimiento y el consenso del nuevo alfabeto.
Un consenso que, lejos de parecer sencillo, ha dividido desde siempre a la población kazaja.
Aunque en su artículo Nazarbáyev describe la transición al alfabeto latino como una cuestión pragmática y clave para la modernización del país y defiende la facilidad con la que los jóvenes podrán adaptarse a la nueva situación dados sus conocimientos en inglés, lo cierto es que parte de la población podría pasar al analfabetismo con el cambio de escritura.
Por otro lado, desde el punto de vista político, mientras cierta parte de la población percibe el cambio como un distanciamiento de Kazajistán respecto a Rusia, otros sectores lo consideran una amenaza para su herencia cultural.
Para el diputado kazajo Maulen Ashimbáyev, la transición es el paso correcto para los intereses del país, pero debería llevarse a cabo "por partes y pausadamente", según dijo a la prensa.
Una posición similar defiende el politólogo Eduard Poletáev, que declaró hoy a Efe que el cambio de alfabeto es "una solución a largo plazo" que será objeto de discusión en la sociedad kazaja durante mucho tiempo.
Kazajistán ya introdujo el alfabeto latino entre 1929 y 1940, si bien en ese año se inició un cambio hacia el alfabeto cirílico con el objetivo de una mejor comunicación entre las naciones y pueblos de la Unión Soviética.
Después, desde la caída de la URSS en 1991, solo Azerbaiyán y Turkmenistán han hecho progresos significativos en el cambio al alfabeto latino, mientras que en Uzbekistán la transición fracasó en su puesta en práctica. Según Poletáev, por ahora no hay nada claro y conviene esperar avances por parte de las autoridades.
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