El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cedió ante la presión de los legisladores y permitió hoy que barcos extranjeros lleven suministros a Puerto Rico para favorecer su abastecimiento tras el paso del devastador huracán María.
Después de recibir numerosas críticas por su lenta respuesta al huracán enPuerto Rico, Trump decidió hoy cancelar temporalmente la aplicación de una ley conocida como "Jones Act", que determina que solo los barcos estadounidenses con tripulación de EE.UU. pueden transportar productos entre los puertos marítimos del país.
La decisión de Trump entrará en vigor de manera inmediata, estará en vigor durante diez días y permitirá que todos los barcos, sin importar su bandera, abastezcan a Puerto Rico con cualquier producto, incluido combustible, agua y alimentos, detalló el Departamento de Seguridad Nacional en un comunicado.
Los 3,4 millones de personas que viven en Puerto Rico, estado libre asociado de EE.UU., ya han comenzado a sufrir la escasez de agua, alimentos y combustible debido a María, el huracán más fuerte que golpea la isla en 90 años y que ha destrozado la infraestructura eléctrica.
Trump reconoció hoy mismo en Twitter las condiciones de la isla y aseguró que algunos suministros ya están llegando.
"La red de energía eléctrica en Puerto Rico está totalmente arruinada. Un gran número de generadores están ahora en la isla. La comida y el agua están allí", dijo el mandatario, quien tiene previsto viajar a la isla el próximo martes, 3 de octubre, para evaluar sobre el terreno los daños del ciclón.
El permiso para que lleguen barcos extranjeros a Puerto Rico fue firmado hoy por la secretaria en funciones del Departamento de Seguridad Nacional, Elaine Duke, en respuesta a una petición formal presentada este miércoles por el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló.
Duke habló esta mañana con Rosselló para comunicarle su decisión, indicó el Departamento de Seguridad Nacional.
Más tarde, Duke se reunió en la Casa Blanca con Trump y posteriormente, en declaraciones a la prensa, explicó que tomó la decisión de suspender temporalmente la "Jones Act" después de consultarlo con el secretario de Defensa, James Mattis, y determinar que estaba en el "interés nacional" de Estados Unidos.
"Los esfuerzos de ayuda están bajo control, todo está procediendo muy bien, considerando la devastación que se ha producido", aseguró Duke, al señalar que el objetivo de su departamento es que todo Puerto Rico pueda acceder a suministros entre las próximas 24 y 48 horas.
En los últimos días, varios legisladores demócratas y republicanos ejercieron presión para que el Gobierno interrumpiera la "Jones Act" con el objetivo de ayudar a Puerto Rico.
Por ejemplo, el senador republicano John McCain, defensor del libre comercio, llegó a escribir una carta a Duke para pedirle que interrumpiera la ley al considerar "inaceptable que el pueblo de Puerto Rico tenga que pagar el doble por comida, agua limpia, suministros e infraestructura" mientras se recuperan del desastre.
Para los críticos del Gobierno, existe un contraste entre la lentitud y resistencia inicial de Trump para rescindir el "Jones Act" en el caso de Puerto Rico y la rapidez con la que se tomó esa decisión para favorecer el abastecimiento de Texas, Florida y Luisiana, golpeados este mismo mes por los huracanes Harvey e Irma.
En respuesta a estas críticas, Thom Bossert, asesor de Trump en temas de seguridad nacional, defendió hoy que la tormenta ha sido "impredecible" y, por tanto, la respuesta ha sido "impredecible", aunque prometió que Puerto Rico será reconstruido con "mejores estándares" que los de antes del huracán.
"El Gobierno federal está allí, en todos los niveles, dando ayuda", afirmó Bossert en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.
La "Jones Act" fue aprobada en 1920, justo después de la Primera Guerra Mundial, y con la idea de proteger a la industria naviera de EE.UU., percibida como muy débil en comparación, por ejemplo, con los submarinos alemanes que hundieron cientos de barcos estadounidenses durante el conflicto.
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