Estados Unidos alcanzó este jueves las 197,589 muertes y los 6,670,496 casos confirmados de la COVID-19, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del viernes) es de 44.254 contagios más que el miércoles y de 928 nuevas muertes.
Pese a que Nueva York ya no es el estado con un mayor número de contagios, sí sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos con 33.162, más que en toda Francia o España.
Tan sólo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.767 personas por la enfermedad, según el recuento de las autoridades locales.
A Nueva York le siguen en número de fallecidos -de acuerdo con el mapa de Johns Hopkins- la vecina Nueva Jersey (16.179), Texas (14.940), California (14.786) y Florida (13.086).
Otros estados con un gran número de muertos son Massachusetts (9.260), Illinois (8.624), Pensilvania (7.994) y Michigan (6.955).
En cuanto a contagios, California lidera la lista con 774.325, seguido de Texas con 713.454, mientras que el tercero es Florida con 674.456, y Nueva York cuarto con 480.836.
El balance provisional de fallecidos -197.589- supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre Estados Unidos habrá superado los 258.000 fallecidos y para el 31 de diciembre los 400.000.
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