Estados Unidos alcanzó este jueves la cifra de 6,149,265 casos confirmados de COVID-19 y la de 186,754 fallecidos, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance pasadas las 20.00 hora local (00.00 GMT del viernes) es de 37.780 contagios más que el miércoles y de 1.085 nuevas muertes, un incremento similar al experimentado el día anterior.
Pese a que Nueva York ya no es el estado con un mayor número de contagios, sí sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos con 32.976, más que en Francia o España.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.710 personas por la enfermedad, según el recuento del diario The New York Times.
A Nueva York le siguen en número de fallecidos, de acuerdo con el mapa de Johns Hopkins, la vecina Nueva Jersey (15.971), California (13.489), Texas (13.296) y Florida (11.650).
Otros estados con un gran número de muertos son Massachusetts (9.077), Illinois (8.324), Pensilvania (7.724) y Michigan (6.791).
En cuanto a contagios, California lidera la lista con 725.943, seguido de Texas con 645.422, mientras que el tercero es Florida con 637.013 y Nueva York es cuarto con 437.107.
El balance provisional de fallecidos -186.754- supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre Estados Unidos habrá superado los 255.000 fallecidos y para el 1 de diciembre los 310.000.
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