Estados Unidos contabilizó este domingo 1,640.972 casos confirmados de COVID-19 y 97,679 fallecidos a causa de la enfermedad, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance, a las 20:00 hora local (00.00 GMT del lunes), es de 22,024 contagios más que el sábado y de 696 nuevas muertes.
Las cifras de este domingo reflejan una bajada en los decesos, pero los casos positivos al COVID-19 siguen creciendo.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos, con 361,515 casos confirmados y 29,1411 fallecidos, una cifra parecida a la de España y Francia.
En la ciudad de Nueva York han muerto 21,216 personas, según los registros de las autoridades de la Gran Manzana.
Al estado de Nueva York le siguen el vecino Nueva Jersey, con 154,154 casos confirmados y 11,138 fallecidos; Illinois, con 110,304 contagios y 4,856 decesos, y Massachusetts, que contabiliza 92.675 positivos por coronavirus y 6.372 muertos.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Michigan con 5.232, Pensilvania con 5.136, California con 3.740 o Connecticut con 3.696.
El balance provisional de fallecidos -97.679- se aproxima a las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes; pero ha superado ya con creces los cálculos más optimistas que hizo "a posteriori" el presidente estadounidense, Donald Trump, de entre 50.000 y 60.000 fallecidos.
El Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para comienzos de agosto la crisis habrá dejado más de 143.000 muertes en Estados Unidos.
Los estadounidenses disfrutan de un fin de semana largo por la celebración del Día de los Caídos (Memorial Day), una fecha considerada tradicionalmente el inicio del verano en el país.
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