Michigan, EE.UU., manifestantes irrumpen en el Capitolio para protestar contra el confinamiento frente al coronavirus; poco después, un barbero decide reabrir pese a las órdenes de las autoridades; mientras que en distintas partes de Texas los dueños de un bar, de una tienda de tatuajes y de otra barbería hacen lo mismo. Y todo ello con armas de fuego de por medio.
No puede decirse que este tipo de actuaciones estén ampliamente extendidas por el país, pero sí que han aumentado en las últimas semanas, y que están marcando el ritmo de algunas protestas contra las medidas de "Quédate en casa" para frenar la proliferación del COVID-19, pese a que algunos sitios ya han iniciado la desescalada.
"Se están produciendo protestas porque la gente está perdiendo todo lo que tiene. Es muy simple cuando tus opciones son o bien abrir tu negocio o perderlo porque no pagas los recibos", explica a Baja Press el vicepresidente de Open Carry Texas, David Amad.
UN "¡A MÍ LAS ARMAS!" FRENTE AL CONFINAMIENTO
Open Carry Texas se define como una ONG dedicada a proteger el "derecho constitucional" a portar armamento de fuego de manera "segura y legal" y ha estado involucrada en acciones contra el confinamiento, como la reapertura de un bar a principios de mes en la población de Odessa, en cuyo aparcamiento se desplegó un grupo de hombres con rifles de asalto, y que acabó con varias detenciones.
Amad cita dos motivos para este fenómeno en tiempos de coronavirus.
"Tenemos algo en este país que la mayor parte del mundo no tiene, y es el derecho a tener el equipamiento que necesitamos para luchar físicamente contra nuestro propio Gobierno. En otros países, si el Gobierno decide convertirse en una dictadura, la gente no tiene el equipo que necesita para evitar eso".
"Por tanto, en EE.UU. tenemos armas, y si el Gobierno se vuelve demasiado abusivo y corrupto, como último recurso, podemos luchar contra él, y es por eso que se están viendo las protestas armadas. Número uno, tenemos la capacidad (de portar armas) y número dos, ahora tenemos la necesidad", zanja.
PAPÁ ESTADO, CONDADO, GOBIERNO FEDERAL NO ME DES ÓRDENES
Esta clase de discurso bebe de la tradición libertaria en EE.UU., que aboga por un papel mínimo del Gobierno y el respeto a ultranza del individualismo, o lo que es lo mismo, es un movimiento al que no le gusta que las autoridades digan si se puede reabrir o no una empresa, aunque haya una pandemia mundial.
Para el responsable del grupo Texas Gun Sense (TGS) Ed Scruggs, que defiende un mayor control de las armas de fuego, lo que ocurre en ese estado y en Michigan es "un subtipo" del conservadurismo de derechas.
"Eso es lo que llamamos libertarios, que creen que el Gobierno no debería decirte cómo comportarte, cómo actuar, cómo vestirse, qué hacer -enumera-. El movimiento proderecho a las armas estadounidense siempre ha estado vinculado a lo que cree que son derechos concedidos a ellos por Dios a través de la Constitución".
Y es que si hay un denominador común en las protestas anticonfinamiento a lo largo y ancho de EE.UU. -armadas o no- es la invocación a proteger los derechos constitucionales, no tanto la II Enmienda, que ampara la posesión de armas, sino las libertades individuales.
NO SIN LA CONSTITUCIÓN
Amad recita de memoria el Preámbulo de la Carta Magna: "Nosotros, el pueblo de EE.UU., a fin de formar una Unión más perfecta, establecer la justicia, garantizar la tranquilidad nacional, tender a la defensa común, fomentar el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad...".
Y puntualiza de inmediato que no puede ser justo "decirle a alguien que tiene que tomar todo su dinero, su tiempo y el duro trabajo invertido en crear un negocio y que ahora lo tire por el váter".
Desde TGS ven que la Constitución puede tener varias interpretaciones. "Si intentar proteger a la población de una pandemia no es promover el bienestar general, no sé qué será", ironiza Scruggs.
La razón por la que algunos manifestantes recurren a las armas en lugares como Pensilvania, Michigan o Texas tiene un aspecto cultural, ya que, sobre todo, los dos últimos son estados muy rurales con una fuerte tradición de caza, pero va más allá de esto, según Scruggs, quien apunta a la connivencia de algunas autoridades: "la política conservadora republicana ha contado en las últimas décadas con el grupo libertario para destacar en las encuestas y apoyarlos".
POLÍTICO O NO POLÍTICO, ESA ES LA CUESTIÓN
Sea como fuere, Michigan cuenta con una gobernadora demócrata, Gretchen Whitmer, y Texas con un republicano, Greg Abbott, aunque para enrevesar más las cosas las medidas relativas al confinamiento no es que solo dependan de los Gobierno estatales, frente al federal, que se limita a dar algunas directrices, sino también de los responsables de los condados, lo que está creando ritmos diferentes incluso dentro de un mismo estado.
De hecho, Amad sostiene que las protestas no son políticas, algo que defiende uno de los organizadores del movimiento Open Texas Grant Bynum, que está detrás de las manifestaciones contra las órdenes de quedarse en casa en ese estado, aunque asegura que no animan al uso de armas en ellas. "No creemos que sea buena idea llevarlas en las protestas".
"Tenemos a republicanos, a demócratas, tenemos muchos a libertarios e independientes también, por lo que realmente no creo que sean muy políticas. Pienso que estamos junto a la libertad y la capacidad de tener derechos humanos básicos", sentencia Bynum, quien se queja de las decisiones adoptadas en algunos condados de Texas.
"Esto es como la Alemania nazi", lamenta.
toca y elige añadir a la pantalla de inicio