España mantuvo este miércoles el repunte de casos y muertes por coronavirus, con 757 fallecidos y 6,180 nuevos contagios en las últimas 24 horas, mientras el Gobierno intenta determinar el número exacto de muertes que causadas hasta ahora la pandemia.
Con un total de 146,690 casos, según los datos facilitados hoy por el Ministerio de Sanidad, España sigue siendo el segundo país del mundo en número de contagios, solo por detrás de Estados Unidos.
La cifra de muertos alcanza los 14,500, aunque podrían ser muchos más, ya que sólo se contabilizan de manera oficial los decesos por coronavirus confirmados, pero han quedado fuera de las estadísticas los fallecidos, en sus domicilios o residencias de ancianos, a los que no se les ha realizado ninguna prueba.
CIFRAS DISPARES
"Quien se muere y ha dado positivo en COVID-19 es una víctima del coronavirus", afirmó hoy el ministro de Sanidad, Salvador Illa , al ser preguntado sobre ese asunto. "Este es un tema muy serio y nosotros no nos engañamos a nosotros mismos", remarcó.
"La definición de caso que tenemos en España es de las más exigentes que hay en Europa, y toda persona que da un diagnostico positivo y fallece es considerada un fallecido por coronavirus", aseguró Illa en el Congreso entre críticas de la oposición política, que acusa al Gobierno de ocultar las cifras.
Los últimos datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) en España, que reúne la información de mortalidad por todas las causas contabilizada a diario en más de 3,900 registros civiles informatizados del Ministerio de Justicia, refleja que entre el 17 de marzo y el 6 de abril, en plena pandemia del coronavirus, las defunciones se dispararon un 51 por ciento.
En ese periodo eran esperables 23,590 muertes y se registraron 35,673, según se destaca en el informe que regularmente difunde el Centro Nacional de Epidemiología, que advierte de que las cifras son de carácter provisional precisamente por los retrasos entre la fecha de defunción y la de notificación.
El Ministerio de Justicia, que solicitó a los registros civiles las cifras sobre las licencias de enterramiento, admitió hoy el colapso del sistema, por lo que se está trabajando en otras alternativas.
LAS CIFRAS DE LAS RESIDENCIAS
Las residencias de ancianos son uno de los focos principales de propagación del coronavirus, pero hasta el momento el registro de los ancianos contagiados y fallecidos el COVID-19 que no han sido ingresados en los hospitales no se ha registrado como tal.
Según la estadística del Ministerio de Sanidad, en la región de Madrid, la más afectada por el virus, fallecieron 3.652 personas por la pandemia en la segunda quincena del mes de marzo, pero en ese tiempo se otorgaron 9,007 licencias de enterramiento, mientras que en 2018 en una quincena de marzo murieron unas 2.000 personas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El vicepresidente del Gobierno regional madrileño, Ignacio Aguado, reveló hoy que del 8 de marzo al 8 de abril fallecieron por coronavirus 4,750 ancianos que vivían en residencias de la región, de las cuales 3,479 personas mostraban algún tipo de sintomatología y 781 fueron confirmados como portadores de coronavirus.
La solución para el Ejecutivo central pasa por el envío de un millón de test rápidos que comenzaron a distribuirse entre las comunidades autónomas el pasado domingo.
En concreto, entregó a Madrid 206,400 test rápidos que ya han comenzado a realizarse en las residencias madrileñas que en total suman casi 500.
TODAVÍA EN LA FASE DURA
Frente al repunte en el número de contagios y fallecidos, la cifra de pacientes curados aumentó en un 11.1 por ciento en las últimas 24 horas, hasta un total de 48,021, lo que supone un 32.7 por ciento del total de casos registrados en el país.
Sin embargo, el ministro de Sanidad recordó que a pesar de haber superado el pico de la pandemia, "ahora hay que bajar la curva" y por eso no se debe hacer un llamamiento al "relajamiento" porque sería una equivocación.
"Estamos en una fase dura, de combate contra el virus. Otra cosa es que estemos pensando en escenarios de desescalado, pero aún estamos en fase dura", aclaró Illa, a pesar de que "la obligación del Gobierno sea trabajar en escenarios futuros"
Los que sí se ha conseguido gracias a las medidas de confinamiento y de reducción de la movilidad adoptadas hasta el momento, dijo el ministro, es "estabilizar a la baja la presión de los hospitales y unidades de cuidados intensivos", cuyos datos de ocupación no se publicaron a la espera de que las regiones envían sus cifras al Ministerio.
También el director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón, avisó de que a partir de ahora viene lo más "complicado" para evitar un repunte del coronavirus.
"Tenemos que ser mucho mas conscientes de cada uno de nuestros actos en esta segunda fase", dijo.
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