El presidente de EE.UU., Donald Trump, aseguró hoy que una "Europa fuerte" es importante para él pese a su discurso pro "brexit" del pasado, pero dijo, en cambio, que prefiere no implicarse en la crisis en Libia y reiteró su defensa de mantener "fronteras fuertes" ante el flujo global de refugiados.
Trump recibió en la Casa Blanca al primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, y coincidió con él en algunas prioridades, como el apoyo a la Unión Europea (UE) y la lucha contra el Estado Islámico (EI), pero desechó uno de los temas en los que más se ha implicado internacionalmente Italia: la crisis política en Libia.
"No veo un papel en Libia. Creo que, ahora mismo, Estados Unidos tiene suficientes roles. Tenemos un papel en todas partes. Así que no lo veo. Pero sí veo un papel en deshacernos del Estado Islámico", dijo Trump en una conferencia de prensa conjunta con Gentiloni.
El presidente estadounidense se pronunció así justo después de que Gentiloni asegurara que el papel de Estados Unidos en Libia "es muy crucial" para avanzar hacia la estabilidad en el país.
"Hemos hablado en nuestra reunión de que tenemos que trabajar contra las divisiones en el país para poder estabilizarlo", afirmó Gentiloni.
Pese a su comentario aislacionista, Trump matizó que Estados Unidos sí seguirá combatiendo al EI, "ya sea en Irak o Libia o cualquier otra parte".
Pero pareció desvincularse de los esfuerzos internacionales para lograr estabilidad política en Libia, donde el Gobierno de unidad respaldado por la ONU sigue sin asentarse y el país sigue controlado en buena medida por distintas milicias enfrentadas entre sí.
Trump, que ha elogiado numerosas veces la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea (UE), conocida como "brexit", adoptó un discurso más proeuropeo con Gentiloni a su lado.
"Una Europa fuerte es importante para mí como presidente. Importante para los Estados Unidos. Queremos que sea fuerte", afirmó el mandatario, sin profundizar sobre el papel de la UE.
No obstante, como ha hecho en todas sus reuniones con líderes europeos, Trump subrayó "el requisito de que todos deben pagar su parte completa y justa por el coste de la defensa" común en el marco de la OTAN.
Desde que llegó al poder en enero, Trump ha suavizado su retórica en lo relativo a la OTAN, a la que llegó a llamar "obsoleta", pero ha insistido en la necesidad de que los países aumenten sus contribuciones a la Alianza Atlántica hasta el 2 % de su producto interior bruto, como los aliados acordaron en 2014.
Preguntado al respecto por un periodista estadounidense, Gentiloni reconoció que Italia aún no llega a esa meta, pero aseguró que se comprometió a ello y suele "cumplir sus compromisos".
"Este será un proceso gradual, que ya ha empezado", subrayó Gentiloni.
Los dos líderes hablaron también sobre el flujo de refugiados en el Mediterráneo, y Trump insistió en su postura de que "mantener fronteras fuertes es un componente vital de cualquier política de seguridad".
"Un enfoque responsable del problema de los refugiados es uno que busque el regreso eventual de los refugiados a sus países para que puedan ayudar a reconstruir sus naciones", opinó Trump.
Gentiloni, por su parte, destacó la necesidad de "gestionar los flujos migratorios sin renunciar a nuestros valores y principios humanitarios", en una aparente crítica velada a la política de Trump, que a comienzos de su mandato impuso un veto a la entrada de refugiados al país, que luego fue bloqueado por los tribunales.
Los dos jefes de Gobierno aprovecharon la cita para reaccionar al atentado en París, del que Trump dijo que parecía "un ataque terrorista" y llamó a mantenerse "fuertes y vigilantes"; mientras que Gentiloni expresó sus "condolencias" al pueblo francés en este momento "delicado".
Trump y Gentiloni volverán a encontrarse en mayo durante la cumbre del G7 en la ciudad italiana de Taormina (Sicilia) y el mandatario estadounidense dejó hoy abierta la posibilidad de una parada en el Vaticano al asegurar que tiene "muchas ganas" de reunirse con el papa Francisco.
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