Shaila Dúrcal, digna sucesora del legado que su madre Rocío inició, está convencida de que la música actual debe abrir el espectro y crear canciones "para todo tipo de momentos" y así lograr ser la banda sonora de muchas vidas.
La española (Madrid, 1979), quien se ha movido entre la música pop y la regional mexicana añadiendo tintes de otros géneros, explicó en México en una entrevista con Baja Press que le gustaría seguir fusionando porque considera que "en la variedad está el gusto".
Dúrcal, de regreso en México para la Expo compositores, un evento que se celebra este martes y miércoles en el centro de la capital mexicana, explicó que se siente en casa cuando vuelve al país en el que vivió de los 22 años a los 30, ya que ahora reside en Estados Unidos, donde quiere seguir progresando en su carrera artística.
"Me visualizo bastantes años en Estados Unidos desarrollando partes nuevas. Un nuevo disco, nuevo sonido, buscar cosas nuevas o intentar hacer "crossover" (cruce) en la parte anglo en algún momento, pero no tengo prisa. Aunque también me visualizo volviendo a España más adelante", comentó.
Desde niña, Shaila ha vivido rodeada de música y ha tenido "la suerte" de que además se ha convertido en su pasión y en su trabajo y, aunque se considera muy afortunada, no le gustaría enfrascarse en exceso en su profesión.
"Lo que es fácil es perderse en el trabajo. (...) Mi madre quiso enseñar las partes bonitas y las partes feas y a mí me han tocado bastantes feas, pero creo que la persistencia de las mujeres me ha ayudado", explicó, refiriéndose a que en ciertos momentos de su carrera no gozó de gran reconocimiento.
En cuanto a su estado de ánimo actual, Shaila aseguró que está feliz a pesar de las críticas que recibió en los últimos meses por su aspecto físico, ya que, por un problema en la glándula tiroides, ha subido de peso.
"No me voy a pasar la vida haciendo cosas por el gusto de las personas", espetó.
UNA ARTISTA PARA RECORDAR
Por supuesto también tuvo palabras de recuerdo para su madre -fallecida en 2006 a los 61 años-, en quien, aseguró, piensa todos los días.
"Me encanta cómo lo celebráis (la muerte) vosotros: poniendo ofrendas, hablando de la muerte de una forma espiritual y bonita. Siempre intento ponerle un altar a mi madre, le pongo una botellita de tequila o wiski", dijo entre risas pero a la vez emocionada.
Asimismo, confesó que le gustaría que la colección de vestidos de su madre, la cual está guardada en España, se convirtiese en algún momento en una exposición que todo el mundo pudiese ver.
"Pero quiero hacerlo bien y con tiempo", añadió.
Y a la muerte de artistas referentes para los mexicanos se sumó a su madre recientemente José José, fallecido el pasado 28 de septiembre, un ídolo de la música regional del país latinoamericano cuyo éxito se propagó a nivel mundial.
"Ya casi no quedan artistas como ellos. Hay que seguir recordándolos", expresó refiriéndose no solo a él, sino también a Camilo Sesto (1946-2019) o a Juan Gabriel (1950-2016), sobre quien se dijo que la relación con su madre no terminó bien.
"Como dos apasionados de la música y amigos que eran, hubo una época que fueron uña y carne y otra en la que cada uno se dedicó más a sus cosas. Pero fue él junto a mi padre quienes le insistieron a mi madre para que grabara regional mexicano porque ella no lo veía del todo", quiso matizar.
La artista se encuentra en un buen momento de su vida personal y laboral un año después de perder un trozo de uno de sus dedos índice, lo que le provocó una época difícil de la que, aseguró, ya está totalmente recuperada.
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