La designación de China como "manipulador de divisas" por parte de EE.UU., más simbólica que efectiva, extiende y aviva aún más llamas de la guerra comercial, a la vez que aleja la posibilidad de un acuerdo entre las dos potencias económicas.
"La economía china se está desmoronando. Ya no es la potencia que era hace 20 años", afirmó este martes Larry Kudlow, asesor económico principal del presidente estadounidense, Donald Trump, en declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca.
Las palabras de Kudlow se producen apenas un día después de que el Departamento del Tesoro estadounidense designara a China como manipulador de divisas, algo que no ocurría desde 1994.
La disputa comercial entre China y Estados Unidos, con la aplicación recíproca de aranceles por valor de miles de millones de dólares, se ha intensificó así un peldaño más y entró en el complejo ámbito de las divisas.
Con esta designación, EE.UU. se permite contactar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para examinar la supuesta intervención de China en el mercado de divisas, aunque el organismo internacional en su reporte anual de tipos de cambio hace unos meses consideró al yuan alineado con los fundamentos económicos.
"Creo que el FMI será mucho más analítico y objetivo en la evaluación de lo que ha sido el politizado Tesoro de EE.UU.", dijo Stephen Roach, economista de la Universidad de Yale en declaraciones a la cadena CNBC.
El anuncio del Tesoro, como casi siempre en la Administración Trump, fue precedido por un tuit del presidente.
"China dejó caer el precio de su divisa a casi un mínimo histórico. Se le llama 'manipulación de divisas'. ¿Estás escuchando, Reserva Federal (Fed)?", afirmó Trump en una serie de mensajes en Twitter el lunes.
El mandatario ha pedido de manera reiterada a la Fed que baje los tipos de interés para apoyar la actividad económica, y criticó su último recorte de 25 puntos básicos como "decepcionante".
Un yuan más débil significa que los productos chinos denominados en dólares son más baratos, algo que ayudaría a frenar el efecto negativo de los nuevos aranceles estadounidenses sobre su competitividad, aunque el precio a pagar será un aumento del coste de las importaciones.
Para los analistas, sin embargo, la decisión del Tesoro no acarrea grandes consecuencias, ya que las posibles represalias palidecen comparadas con el impacto de los aranceles del 25 % aplicados ya por Trump a importaciones chinas por valor de 250.000 millones.
Trump ha amenazado con gravámenes adicionales a partir de septiembre del 10 % a las restantes importaciones desde el gigante asiático, por valor de 300.000 millones de dólares.
"Son más simbólicas que efectivas. (Lo que busca Trump) es golpear de cualquier manera posible. Sabe que China no quiere ser considerada una manipuladora de moneda", explicó para Baja Press Tim Duy, profesor de Economía de la Universidad de Oregón.
De hecho, agregó el profesor universitario, "China ha estado trabajando para prevenir que el yuan se debilitara. Sin intervención, se debilitaría. Y las políticas comerciales de Trump fuerzan esta debilidad".
Duy remarcó que la designación sí que añade "indirectamente" presión a la Fed de cara a su reunión de septiembre, donde podría volver a bajar el precio del dinero en EE.UU., dado que crea adicional incertidumbre empresarial y en los mercados".
La divisa china, el yuan, rompió este lunes la barrera psicológica de las siete unidades por cada dólar, algo que llevaba sin pasar desde abril de 2008.
Este martes, el yuan se recuperó algo y volvió a cotizar por debajo de las siete unidades por dólar, después de que el Banco Popular de China afirmara que "nunca ha utilizado y nunca utilizará" el tipo de cambio del yuan "como una herramienta" en el conflicto comercial con Estados Unidos.
Expresó, además, su compromiso a mantener el tipo de cambio "básicamente estable".
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