Es una de las zonas más desérticas de México y afronta problemas de abastecimiento de agua. Por ello, los planes de construcción de una cervecera en Mexicali, que requiere de este bien tan escaso, ha provocado el rechazo de parte de la población, que ve peligrar su suministro.
Pegado a la frontera con Estados Unidos, este municipio de casi un millón de habitantes situado en el noroccidental estado de Baja California es el lugar ideal, según la empresa Constellation Brands, para producir y exportar al mercado estadounidense las cervezas del Grupo Modelo, incluida la popular Corona, con un bajo costo.
Por ello, el 20 de octubre de 2015 la multinacional firmó un contrato con la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Mexicali, perteneciente al Gobierno del estado, para suministrar anualmente 20 millones de metros cúbicos de agua a la cervecera, cuya construcción finalizará en cinco años y dará trabajo a 750 personas.
"Es una cantidad muy grande comparado con los 100 millones anuales que consume toda la ciudad de Mexicali", denunció Javier Guadalupe, miembro de la plataforma ciudadana Mexicali Resiste, y que mostró su desconfianza ante las cifras de creación de empleo prometidas por la compañía.
Mexicali roza los 50 grados centígrados en verano y solo registra 16 días de precipitaciones anuales, por lo que suele sufrir "sequías severas" y "sequías extremas", según cataloga el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Asimismo, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) presentó en 2015 un informe en el que sostenía que "no existe volumen disponible (de agua) para nuevas concesiones en la unidad hidrogeológica denominada acuífero Valle de Mexicali".
Aún así, los planes de construcción de la fábrica siguieron adelante con el aval de autoridades locales, según denuncia Mexicali Resiste, que abandera múltiples luchas sociales.
"No somos profesionales del activismo. (...) Somos gente convencida que ésta es una causa justa", explicó Guadalupe, quien alertó de que Constellation Brands adopta "una forma de capitalismo primitivo que solo busca la explotación de los recursos".
Esta plataforma ha llevado a cabo diversas movilizaciones en contra de la cervecera y algunas han derivado en enfrentamientos con la policía, como el pasado enero cuando varios protestantes quisieron parar las obras de un polémico acueducto que conectará la fábrica con la red hídrica de la ciudad.
La cervecera se abastecerá mediante el agua de pozos de la zona, cuyos títulos de explotación deberá comprar a los agricultores, pero el contrato firmado con las autoridades locales también contempla que la fábrica acceda al sistema público de agua de la ciudad.
"Esto es lo verdaderamente grave del tema. El agua para consumo público de los ciudadanos será destinada al uso industrial", alertó Miguel Ángel Montoya, experto en gestión hídrica, quien criticó que las autoridades locales hayan facilitado la construcción de la tubería.
Sin embargo, la portavoz de la empresa Nina Mayagoitia defendió en declaraciones que el acceso a la red hídrica de Mexicali es el que tiene "cualquier otro usuario" y que el acueducto es un "soporte" durante la construcción de la planta que ya no será necesario cuando hayan adquirido los derechos de los pozos.
"Como empresa no podemos correr el riesgo de que las obras afecten a la convivencia con el entorno", defendió la portavoz de la firma estadounidense, cuyo estudio medioambiental avaló la viabilidad de la cervecera y la disponibilidad de agua.
De acuerdo con Mayagoitia, aunque tengan contratados 20 millones de metros cúbicos, solo utilizarán 1,5 millones cada seis meses, los necesarios para producir 5 millones de cerveza.
Más allá del agravio medioambiental, desde Mexicali Resiste denuncian la "falta de transparencia" del proceso de adjudicación de la cervecera, en el que ven "un conflicto de interés de manual".
Sostienen que el titular de urbanismo de Mexicali, Sergio Eduardo Montes, fue el representante legal de Constellation Brands durante la adjudicación de los terrenos a la compañía y ahora es la única persona autorizada por ley para revocarlo.
Asimismo, fue empleado del exalcalde de Mexicali y actual senador Víctor Hermosillo, propietario de la constructora encargada del proyecto y cuyo suplente en caso de abandonar el cargo es el actual alcalde, Gustavo Sánchez.
El Ayuntamiento de Mexicali rechazó dar su versión de los hechos.
La portavoz de Constellation Brands, que opera otras plantas similares en los estados de Sonora y de Coahuila, sostuvo que su empresa quiere "el progreso de Mexicali" y criticó "la agresividad" de las protestas de los últimos meses.
Pero desde Mexicali Resiste aseguran que seguirán movilizándose para frenar el proyecto del mismo modo que forzaron hace un año con manifestaciones masivas la derogación de una ley que privatizaba los servicios de agua del estado.
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