La Unión Europea (UE) ha dado un paso más en su apuesta por el libre comercio con la modernización de su acuerdo con México, que estaba en vigor desde 2000, en un momento en el que Estados Unidos abandera una deriva proteccionista y ha hecho saltar las alarmas por una posible guerra comercial.
"No sé cómo interpretan este acuerdo en EEUU, pero creo que mandamos un mensaje potente en un momento en el que el proteccionismo está creciendo en algunas partes del mundo", afirmó hoy la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström.
"Creemos que se pueden hacer acuerdos comerciales buenos, de forma sostenible y que supongan un beneficio mutuo para las dos partes", agregó la comisaria sueca.
La actualización del acuerdo, sellado este fin de semana en Bruselas tras año y medio de negociaciones, permitirá eliminar los impuestos arancelarios en una gran mayoría de los bienes con los que comercian ambos bloques, un concepto opuesto a las tesis defendidas por el mandatario estadounidense, Donald Trump.
Se han incluido novedades en capítulos como las reglas de origen y el comercio de bienes y para añadir nuevas normas sobre desarrollo sostenible y contra la corrupción.
"En menos de dos años la UE y México han llegado a un acuerdo adaptado a los retos económicos y políticos del siglo XXI", celebró Malmström.
El acuerdo renovado supone también un espaldarazo al comercio mexicano en plena recta final de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TCLAN), un pacto que Trump ha planteado, a través de un mensaje en Twitter, condicionar a un endurecimiento del control migratorio procedente de México.
Durante esta legislatura, la CE ha logrado cerrar acuerdos en este área con potencias asiáticas como Japón o Singapur, así como avanzar sustancialmente en sus conversaciones para un pacto comercial con el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), aunque también ha visto como sus negociaciones para un tratado con Estados Unidos quedaban congeladas sin visos de que puedan retomarse pronto.
Precisamente Estados Unidos dio hace apenas un mes su primer paso tangible en su deriva proteccionista con la imposición de aranceles a sus importaciones de acero y aluminio, de los que la UE ha quedado temporalmente exenta y para los que negocia una excepción permanente.
En el sentido opuesto se perfila el acuerdo alcanzado por la UE y México, que según fuentes comunitarias avanza en un gran número de capítulos, aunque reconocieron que todavía quedan algunos aspectos técnicos por cerrar, algo que, según sus predicciones, podría alcanzarse en el plazo de dos meses ya que no son asuntos "complicados".
Uno de los puntos más controvertidos durante las negociaciones, iniciadas en junio de 2016, fue la protección de las denominaciones de origen, como el queso manchego español, el parmesano italiano o los vinos europeos.
El nuevo acuerdo permitirá que la indicación geográfica española "Queso Manchego" coexista en México con un producto lácteo con el mismo nombre pero de características diferentes, si bien el español estará protegido en ese país latinoamericano por primera vez.
El comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, indicó que el acuerdo prevé cláusulas para que el queso manchego español no pueda confundirse con el producto con el mismo nombre en México, a través de la prohibición de referencias, como banderas o símbolos, que evoquen el original.
El nuevo pacto también prevé la liberalización en el comercio de productos cárnicos, como la ternera o el pollo, aunque según explicaron fuentes comunitarias, habrá cuotas y pequeños aranceles en función de la sensibilidad del producto.
El acuerdo también reducirá progresivamente el arancel actual del 7 % al intercambio de productos apícolas así como las cuotas máximas de exportación, una liberalización del sector apícola que, según las fuentes, no afectará negativamente a los agricultores de la UE ya que la miel mexicana se elabora de distintas flores, tiene un sabor diferenciado y un precio más elevado.
Los aranceles al cerdo serán "virtualmente eliminados", así como los aplicados al chocolate (30 % actual) o la pasta (20 %).
Al tratarse de un tratado comercial dentro de un acuerdo de asociación, que incluye asuntos en los que los Estados miembros tienen competencias, los parlamentos nacionales de cada país deberán dar luz verde al texto antes de que este pueda ser firmado y entrar en vigor.
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