El Banco Mundial (BM) dijo hoy que Latinoamérica crecerá este año un 1,2 %, tras sufrir una contracción del 1,3 % en 2016, y que en 2018 la cifra de crecimiento se situará en el 2,3 % gracias a la recuperación de Argentina y Brasil.
Pero los economistas del banco también advirtieron de que "los gestores de políticas tendrán que hilar delgado a fin de aumentar el crecimiento al tiempo que se garantiza la protección a los más vulnerables".
Estas cifras forman parte del informe de previsiones de la situación económica que el Banco Mundial prepara semestralmente y cuya última edición fue dada a conocer hoy.
En el informe "Entre la espada y la pared: La encrucijada de la política monetaria en América Latina y el Caribe", el BM anunció el retorno del crecimiento a la región, tras seis años de desaceleración que incluyó el año pasado la contracción del 1,3 %.
El BM explicó que Suramérica será la locomotora en los dos próximos años, con un crecimiento del producto interior bruto (PIB) real del 0,6 % en 2017 y del 2,2 % en 2018 tras las contracciones del 1,2 % y del 2,9 % en 2015 y 2016, respectivamente.
En la región se prevé que Argentina crezca un 2,8 % en 2017 y un 3 % en 2018, mientras que en el caso de Brasil las cifras serán del 0,7 % este año y 2,3 % el próximo.
El economista jefe del Banco Mundial, Carlos Végh, explicó que "sin un rol determinante por parte de los motores externos de crecimiento, tales como los altos precios de las materias primas, la región tendrá que depender de sus propias fuentes de crecimiento".
Pero el BM afirmó que algunos países de la región no pueden utilizar las modificaciones de las tasas de interés para estimular la economía, por lo que el informe aconseja "tener independencia del banco central, bajos niveles de dolarización y credibilidad en los mercados".
El BM puso como ejemplo de estas medidas a Chile, que ha podido adoptar políticas monetarias contracíclicas "sin el temor de potencialmente empeorar las cosas para los más vulnerables".
Végh también advirtió de que "serán claves las reformas en los mercados de trabajo y en la educación y los aumentos en inversión en infraestructura, así como abordar la situación fiscal".
"Si bien es cierto que los países de la región todavía necesitan hacer ajustes fiscales para adaptarse a la nueva realidad tras la bonanza de las materias primas, muchos países tienen razón en hacerlo gradualmente y así evitar una nueva recesión", añadió el economista jefe del BM.
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