La Sierra de Picachos, considerada uno de los pulmones verdes del norteño estado mexicano de Nuevo León, es sobreexplotada por una empresa de extracción de piedra caliza, dejando a comunidades con aire contaminado y escasez de agua, según denuncian habitantes y activistas.
Ante la posible no renovación de un permiso que expirará en 2022, la pedrera Matrimar, instalada en el municipio de Cerralvo, sustrae material a marchas forzadas amenazando la vida y las tierras de miles de habitantes.
“Cerralvo era un pueblo que estaba muy bonito y ahorita si lo ves está muerto”, declaró este jueves a Baja Press el ganadero Aristeo Benavides, quien emprendió una lucha desde hace cuatro años para frenar el “saqueo en la región”, con el apoyo de pobladores que prefieren mantenerse en el anonimato por temor a represalias.
“Están dañando los recursos naturales, nos están dejando sin agua y aparte se están apoderando con tierras que son de nosotros”, expuso.
En un recorrido realizado por Baja Press se documentó la circulación de decenas de camiones de doble remolque, con capacidad de más de 60 toneladas, por la carretera Monterrey-Miguel Alemán, que conecta a Nuevo León con Estados Unidos.
Según pobladores, 70 unidades circulan al día para transportar materiales de caliza extraídos y triturados tras dinamitar por las noches el cerro con explosiones que trastocan la tranquilidad en las comunidades, a 95 kilómetros de la ciudad Monterrey, conocida como la capital industrial de México.
“Nosotros investigamos que (Matrimar) saca alrededor de 800.000 toneladas mensuales, la mayoría del material se va a Estados Unidos, al sur de Texas”, aseguró Benavides, quien estimó que si cada tonelada se paga a un dólar, las ganancias son sustanciales.
POLUCIÓN Y PROBLEMAS RESPIRATORIOS
El aire libre de contaminación que deberían respirar los habitantes se ha convertido en nubes de polvo, que también cubren árboles y plantas, además de ensuciar la vegetación que es consumida por el ganado, una de las principales actividades de la región.
“Hemos visto más alergias en el área, tenemos muchas emisiones de (partículas menores a 10 micrómetros) PM10 y eso da más alergias, da más problemas respiratorios… es demasiado el polvo que hay en la zona”, afirmó.
La empresa utiliza alrededor de 130.000 litros de agua diarios, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Sustentable estatal, y sus operaciones llevaron al desvío del Arroyo Pescado y la destrucción del Arroyo Sardinas, que bajaban de la sierra y actualmente lucen secos, limitando el acceso al líquido vital para la comunidad.
“No podemos regar, no podemos sembrar, lo único que hacemos ahora es pedir que llueva para poder tener en las presas agua porque en las norias se está bajando mucho el agua (…) ahorita nada más tenemos para tomar”, advirtió el ganadero y activista, quien recordó que hay una normativa de 2016 prohíbe instalaciones cerca de cuencas hidrológicas.
Estas alteraciones a los cauces además ocasionan que viviendas que antes no presentaban afectaciones en temporadas de lluvia, ahora se inundan.
El presidente de la Asociación Ecológica de la Sierra de Picachos A.C. (AESPAC), Alfonso Barragán, explicó a Baja Press que el permiso de Matrimar expira en 2022 y la sociedad civil buscará que no se renueve.
“Vence la concesión y yo creo que van a tener que buscar otro lado… como cualquier empresario responsable ante sus accionistas y su gente, no puedes estar aferrado a un lugar ignorando el bien común”, indicó.
Detalló que AESPAC solicitó al gobierno estatal la ampliación de la reserva del Área Natural Protegida (ANP) de la Sierra de Picachos a 163.000 hectáreas, que hasta el momento comprende 75.000 hectáreas, siendo “la mitad que se quedó desprotegida la que más agua genera”.
Matrimar, que según activistas y habitantes es propiedad de un familiar del alcalde de Cerralvo, Baltazar Martínez Ríos, cuenta con un terreno de 40 hectáreas dividido en cuatro zonas, una para ingresar a la pedrera, otra para estacionar las unidades, una más para lavarlas e incluso con una gasolinera para abastecerlas.
Baja Press intentó ingresar a la pedrera pero fue imposible porque el terreno está cercado con barreras de control de tránsito y guardias de seguridad.
La misma compañía ha tratado instalar otras dos pedreras de 20 hectáreas en la zona, según indicó a Baja Press Paulo Cuéllar, integrante de la AESPAC.
Dijo que lo más grave de la explotación de caliza es el daño a los mantos acuíferos en la parte oriente de la sierra que está siendo devastada dejando sin agua por días a localidades.
“Hacen que cambie la dirección de los rumbos de los arroyos y lo vemos ahí en (la localidad de) Mojarras muy claramente: hay sequía y el agua la conservan allá arriba" en la pedrera, dijo.
Por su parte, Benavides mostró a Baja Press las denuncias que desde 2016 ha emitido a autoridades estatales y federales para detener las operaciones en Cerralvo.
La biodiversidad, que se estima en más 9.200 especies diversas, también está sufriendo las consecuencias. Especialmente ejemplares en peligro de extinción como el lobo gris mexicano, el puma, el oso negro, el águila real y la codorniz moctezuma, dijo Cuéllar.
Así como santuarios de cactáceas y orégano regional, catalogado como la especie con mayor número de antioxidantes en el mundo, además de alteraciones en la ruta migratoria de la mariposa monarca y algunas aves, y la emigración de insectos por la calidad del agua.
Baja Press intentó contactar a la empresa sobre los daños al medioambiente por sus operaciones, pero al momento de esta publicación no obtuvo respuesta.
toca y elige añadir a la pantalla de inicio