La degradación medioambiental en el Ártico se ha convertido para la pesca, el turismo o el transporte como una oportunidad para los negocios, según criticaron hoy expertos en la Conferencia de los Océanos de la ONU en Nueva York.
Representantes de organizaciones medioambientales, reunidos en un evento sobre la "nueva era" que el cambio climático dibuja en esta área polar, alertaron de que "lo que ocurre en el Ártico no se queda en el Ártico", sino que repercute negativamente en el resto del mundo.
La disminución de la placa de hielo en esa zona, que fue de un 74 % entre 2009 y 2016, según dijo el secretario general de la Organización Mundial Meteorológica, Petteri Taalas, ha ampliado el mapa de oportunidades para la actividad humana, desde la pesca y el turismo hasta el transporte, un sector que espera acceder a nuevas rutas gracias al deshielo.
Taalas alertó de que 2016 fue el año más cálido hasta la fecha y el hielo en los océanos alcanzó su segunda marca mínima, comparable a la del año 2007. Globalmente, indicó, el área cubierta por hielo cayó 4 millones de kilómetros cuadrados por debajo de la media.
Para Thomas Armstrong, representante del Programa de Monitorización y Evaluación del Consejo Ártico y exfuncionario de medioambiente en la Casa Blanca, este "peor escenario" ha sido "etiquetado como apto para los negocios" para ciertos sectores.
"Si continuamos sin hacer nada, el mundo será completamente diferente a lo que es hoy, y esa era razón suficiente para seguir el Acuerdo de París", criticó en referencia a la retirada de EE.UU. de este acuerdo sobre el cambio climático.
"Si no protegemos los océanos y seguimos el Acuerdo de París, los problemas que vendrán serán un reto económico por encima de cualquier cosa que preocupe a Estados Unidos", añadió.
En este sentido, el secretario ejecutivo de la Comisión Intergubernamental Oceanográfica de la UNESCO, Vladimir Ryabinin, destacó como uno de los principales problemas del océano Ártico la acidificación de sus aguas, que provoca situaciones "impredecibles" en los ecosistemas marinos.
"El océano ha absorbido aproximadamente un tercio del total de las emisiones antropogénicas de carbono", afirmó Ryabinin, lo que incrementa la acidez del agua y afecta a la disponibilidad de calcio para las conchas marinas o al desarrollo del plancton.
Al disminuir el hielo, la mayor entrada de luz y el cambio en la salinidad del agua estresan a los organismos marinos, lo que impacta en la cadena de alimentación y la interacción entre especies, desgranó la investigadora del Centro Nacional Francés Françoise Gaill.
Además, no solo es relevante la extensión de las placas de hielo que se descongelan, sino su edad. Armstrong señaló que la descongelación del hielo permanente (permahielo) en el norte de Alaska ha obligado a desplazarse a comunidades indígenas enteras.
La colaboración entre instituciones en materia meteorológica, destacó el director general del Instituto Meteorológico Finlandés, Juhani Damski, será esencial para vigilar la evolución de los cambios en el Ártico y motivar que las decisiones políticas "se tomen basadas en la ciencia".
En esta línea, el directivo de la Organización Mundial Meteorológica destacó el lanzamiento del proyecto Año de la Predicción Polar para acelerar la colaboración e investigación internacionales.
Según las observaciones de esta iniciativa, el cambio climático está haciendo las actividades de explotación de recursos naturales en el Ártico más viables y la industria del turismo está enfocando los dos polos como "destinos exóticos".
No obstante, una de las conclusiones de los expertos fue que los beneficios financieros de un entorno marino protegido que funciona naturalmente "sobrepasan los beneficios de entornos explotados en exceso y que son insostenibles".
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