El Juego de Estrellas tuvo el sello del poder ofensivo impuesto por el dominicano Robinson Canó, que pegó jonrón y definió el triunfo de la Liga Americana ante la Nacional, en un "Clásico de Verano" histórico para el béisbol latinoamericano.
Si Canó, que además se hizo acreedor del premio al Jugador Más Valioso (MVP), acaparó los reflectores en la décima entrada y silenció a los seguidores de la Liga Nacional, su compatriota el tercera base Miguel Sanó y el veterano receptor puertorriqueño Yadier Molina, también acapararon la producción total de la edición 88 del Juego de Estrellas que marca la mitad del campeonato de las Grandes Ligas.
Sanó, el jardinero de los Mellizos de Minnesota, se encargó de remolcar la primera carrera del juego, para el Joven Circuito Americana, y Molina se voló la barda para la Nacional, convirtiéndose en el primer receptor de los Cardenales de San Luis en hacer sonar el bate en un Juego de las Estrellas.
La reunión de los jugadores de ambas ligas en el "Marlins Park" también les dio oportunidad de honrar al lanzador cubano de los Marlins de Miami, el fallecido José Fernández, que perdió la vida trágicamente en un accidente náutico el pasado septiembre.
Canó, de los Marineros de Seattle, fue el bate clave en el triunfo de la Liga Americana por 2-1 sobre la Liga Nacional en el Juego de las Estrellas de las Grandes Ligas.
En la parte alta de la décima entrada Canó (1), que al concluir el juego fue nombrado Jugador Más Valioso (MVP), mandó la pelota a la calle por el jardín derecho y selló el triunfo de la Americana.
El dominicano mandó volar la pelota 365 pies (111 metros) y rompió empate en la pizarra para dejar números definitivos de 2-1, al superar los servicios del cerrador Wade Davis.
El batazo de Canó alcanzó una velocidad de 106 millas por hora ante el delirio de los seguidores dominicanos.
Canó es décimo octavo en la lista de jonrones en la Liga Americana, con 17 en lo que va del campeonato, pero esta vez el poder de su bate fue clave en la victoria.
Luego de robarse los reflectores en la décima entrada, Canó se hizo del premio Ted Williams de MVP.
El dominicano se convirtió en el tercer jugador de los Marineros en ganar el MVP del Juego de Estrellas, uniéndose a Ken Griffey Jr. (1992) y al japonés Ichiro Suzuki (2007).
Canó inició el juego como emergente y fue puesto out en el séptimo episodio cuando el relevo de los Padres de San Diego, Brad Hand, lo superó con sus disparos desde lo alto del montículo.
Pero en la décima conectó el ofrecimiento de Davis y al pegar de cuatro esquinas se convirtió en el primer jugador en la historia del "Clásico de Verano" en pegar jonrón en extra entradas desde que lo hizo el cubano Tony Pérez en 1967.
El batazo de Canó alcanzó una velocidad de 106 millas por hora.
Coincidentemente Pérez fue uno de los ocho latinoamericanos integrantes del Salón de la Fama que hizo el primer lanzamiento antes del juego como homenaje y reconocimiento a la aportación de los peloteros latinoamericanos al béisbol de las Grandes Ligas.
Canó inició el juego como emergente y fue puesto out en el séptimo episodio cuando el relevo de los Padres de San Diego, Brad Hand, lo superó con sus disparos desde el montículo.
"Ese turno al bate en el décimo episodio fue un momento complicado para mí", reconoció el toletero de los Marineros.
Agregó que "el gran problema es que yo sabía que enfrente de mí, en la lomita, estaba uno de los mejores lanzadores".
Indicó que "estaba nervioso, pero me sentía preparado, yo esperaba cualquier tipo de lanzamiento y dije el disparo que Davis me mande yo voy a hacer el "swing" y voy a conectar".
El dominicano dijo que "pensé que debía tomar un lanzamiento que viniera justo sobre el medio".
En el quinto episodio el antesalista Sanó, pegó sencillo al jardín izquierdo y dio movilidad a la pizarra remolcando a la registradora al segunda base de los Orioles de Baltimore, Jonathan Schoop, y poniendo la ventaja de 1-0 para la Americana.
Por la Liga Nacional, Molina (1), el receptor estelar de los Cardenales de San Luis, pegó batazo de cuatro esquinas en el sexto episodio al cazar la serpentina del relevo dominicano de los Mellizos, Ervin Santana, bambinazo solitario, con un out en la pizarra.
Molina se convirtió en el primer receptor de los Cardenales en pegar de cuatro esquinas en un Juego de Estrellas.
La reunión de todos los jugadores en el Juego de las Estrellas también dio oportunidad de honrar la memoria de Fernández.
El lanzador dominicano de los Cardenales, Carlos Martínez, escribió las iniciales "JF" en el montículo durante la tercera entrada, tal como ha escrito las iniciales de sus paisanos fallecidos Óscar Taveras y Yordano Ventura.
Las iniciales "JF" son en honor al lanzador fallecido de los Marlins, el cubano Fernández.
Mientras que el guardabosques de los Nacionales de Washington, Bryce Harper, publicó en las redes sociales una foto de sus zapatos de juego con la imagen de Fernández.
Fernández, junto con dos de sus amigos, falleció en septiembre cuando el bote del lanzador se impactó a alta velocidad contra un embarcadero de Miami Beach. Las autoridades tras realizarle la autopsia concluyeron que tenía cocaína y alcohol en su sistema.
Para Fernández, una de sus metas, que no pudo cumplir, era iniciar un Juego de Estrellas en el campo de su equipo, los Marlins.
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