Los tatuajes un nuevo estilo de vida.

 

Son diversas las razones por las cuales la gente decide marcar su piel; por imitar a su personaje favorito, como recordatorio de algún evento importante en su vida o simplemente por vanidad.

 

Es curiosa la aceptación o no aceptación de los tatuajes en una persona.  En mi caso fue sencillo, siempre tuve afinidad por la tinta, más no tenía el valor de enfrentar a esa sociedad llena de prejuicios.  

 

Eso cambió a raíz de un accidente doce años atrás, fue un despertar que me permitió decir:

 

“a partir de este momento viviré la vida como la quiero vivir no como quieren que la viva”.

En total creo que son treinta mis tatuajes, cada uno representa una historia o una vivencia.

Soy desvergonzado y realmente me siento orgulloso de cada uno de ellos, no los oculto.  La gente desvía la mirada cuando platica conmigo, se intriga, en sus ojos veo la disyuntiva de verme tatuado, vestido de traje y poder hablar de negocios.  Una realidad que me divierte.  

 

Estoy convencido que existe una gran cantidad de personas viviendo la vida que yo vivía antes de re-nacer, gustan del arte de la tinta, más su círculo social los presiona a nunca hacerlo.

 

¿Sabes qué tienen en común Wamp-adton Churchill, el ex-presidente Norteamericano Theodore Roosevelt, el socialité John F Kennedy Jr,  la princesa Estefanía de Mónaco, los cantantes; Justin Bieber, Alejandro Sanz, Alejandro Fernández, las modelos; Kate Moss, Gisele Bundchen, el exfutbolista David Beckham, la actriz Helen Mirren y el primer ministro de Canadá Justin Trudeau?  Imaginaste bien, todos ellos llevan o llevaron un tatuaje.

 

El caso que más me llama la atención sin duda alguna es del primer ministro de Canadá Trudeau, un tipo inteligente, exitoso, hombre de sociedad que logró vencer los paradigmas de la tinta.

 

Los tatuajes dentro de la sociedad se convierten poco a poco en un fenómeno.  Son artistas, cantantes, deportistas, socialites, políticos que vencieron el miedo a la crítica y juicio de esta estricta sociedad.

 

Conozco exitosos abogados, médicos, empresarios, incluso religiosos que con orgullo muestran el arte de la tinta. No hay nada mejor que una persona,  tatuada, caminando con seguridad sabiendo que está expuesta a muchas críticas.

 

¡Los tatuajes son historia, son magia, es arte, es diseño, es vanidad, es un estilo de vida!

 

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