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Instituciones académicas, el sector gubernamental y organizaciones civiles impulsan en México la reproducción y el consumo de la tilapia, pese a los riesgos que para los ecosistemas locales implica este pez de origen africano, considerado especie invasora.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacy), en 2012 amp-adtancias académicas y la organización internacional Worldfish crearon la Red de Tilapia para promover la producción de esta especie para el desarrollo social y la seguridad alimentaria.
Francisco Javier Martínez Cordero, de la asociación civil denominada Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), explicó en un comunicado que entre los retos de la Red está el atender una prioridad a nivel nacional: el desarrollo humano y la seguridad alimentaria y nutricional en México.
La tilapia "es un alimento de muy buen contenido nutricional", por lo que "tenemos que seguir reforzando la presencia de la tilapia para que crezca", señaló.
Martínez Cordero, titular del Laboratorio de Economía Acuícola y Prospectiva del CIAD, indicó que la Red surgió con cinco líneas de investigación: reproducción y genética, socioeconomía y desarrollo regional, cadenas de valor, nutrición humana y seguridad alimentaria y nutricional.
Pese a ello, el doctor Roberto Mendoza Alfaro, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, dijo a Efe que aunque la producción de tilapia es muy redituable para la economía local, "es una mala práctica que se ha realizado desde hace muchos años", por tratarse de una especie invasora.
El experto en especies acuáticas señaló que la tilapia es una especie de origen africano traída a México por programas gubernamentales de acuicultura en los años sesenta y setenta.
Las especies invasoras son consideradas una amenaza a la biodiversidad porque desplazan, parasitan o depredan a las especies nativas y pueden causar graves impactos tanto a la vida silvestre como a las actividades humanas productivas relacionadas con el medio acuático.
El biólogo Juan Jacobo Schmitter-Soto señala en su artículo "El caso de la tilapia africana en Quintana Roo" que la tilapia es una de las especies invasoras más notorias en los ecosistemas dulciacuícolas en el mundo, "con efectos dramáticos en muchos de ellos".
Destaca que el éxito de la tilapia se debe a su alta sobrevivencia en condiciones ambientales cambiantes, y reconoce que la tecnología para su manejo está muy bien establecida. Sin embargo, advierte, "las virtudes acuiculturales de la tilapia llevan como contraparte vicios ecológicos".
Mendoza indicó que estos peces son responsables de impactos ecológicos severos en ambientes naturales, como los desplazamientos de especies nativas en el río Managua, en Nicaragua, y en México en la Cuenca del Río Balsas.
A pesar de ello, el especialista reconoció que erradicar a la tilapia se convertiría en un problema social, ya que es un pez sumamente importante para la economía del país.
Indicó que en México se producen anualmente 150.000 toneladas de tilapia "cultivada y cosechada, la mayor parte para exportación".
En los últimos cinco años en México se ha incrementado considerablemente el consumo de la tilapia y el país es el segundo productor en América Latina después de Brasil.
Aunque la producción de tilapia ha sido controlada, Mendoza señaló que uno de los problemas fuertes es que en algunos centros de producción se perdió el origen genético de las tilapias. "Se cruzaron las variedades de tilapia y no se tiene un control sobre esto", expuso.
"Lo ideal es conservar a la tilapia en producciones controladas y no en el medio natural, ya que pueden llegar a competir con las especies nativas o convertirse en un problema mayor", concluyó Mendoza.
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